Tiendo mis manos a ti.
Tú me acoges, con tus manos
de ternura.
Me acunas en tu regazo
durmiéndome, con arrullo
y con ternura.
Canciones y nanas
brotan de tus labios
con voz melodiosa, sosegada.
Me adormezco y sueño
con tus caricias, y en tu mirada
vislumbro una luz resplandeciente
que emana de tu semblante
cálido y puro.
Generoso y no exigente
portador de un mensaje eterno
esencial para seguir caminando
por la vida.
Dador y receptor de su enseñanza.
Amor sin medida, es bálsamo reparador
para quien lo recibe y lo dona.
Gracias San Valentin.
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