a reencontrarme
conmigo misma
contigo, a solas.
Escucho tu bramido
de sal y arena,
siento dentro
tu bálsamo salado.
Tu espuma blanca
al lamer la rocas
necesitada de caricias,
de arrullos pasados.
Momentos que dejaron
sin saciar la sed de ti,
al igual que la roca
engullida por el mar.
Me arrastro a ti
calada, embestida
constantemente
por tu gran fuerza
Este mar enfurecido
que hoy siento cercano
fundidos en un beso
de espuma blanca.
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